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20 abril 2007

Angel de horror por tatiana



Hola, hace dos años el espeso de una de mis amigas por un ataque de celos rocio con gasolina y naftalina el cuerpo de mi amiga y le prendio fuego. Desde la madrugada del 16 de mayo 2005 hasta las 10 de la mañana de ese mismo dia, mi amiga lucho por vivir, pero las quemaduras fueron mas fuertes y murio.nunca podre olvidarla ya que fue una de mis mejores amigas desde niña.meses despues, una noche me acoste y soñe que yo estaba frente a mi casa hablando con la abuela de ella y que salia de mi casa mi abuela toda despavorida diciendome que fuera con ella a ver lo que estaba sujeto del arbol de mago que habia en el patio. fui con ella y empeze a buscar aquello que ella me decia; a lo cual le decia que no veia nada.ella me dijo...tatiana mira en el arbol tu puedes verlo por que Dios te dio ese don...miralo. a lo cual volvi a mirar y depronto vi a un angel boca abajo aferrandose al arbol mientras un viento fuerte movia su vestido color verde claro. ese angel se percato de mi presencia y me miro...a lo cual lo mire y me di cuenta que su rostro era el de una calabera. en ese momento quize rezar en mis sueños, pero cada vez que trataba de decir " La sangre de jesucristo tiene poder" algo me apretaba del cuello y no me dejaba respirar; solo un instante podia pronunciar algo de la frase, pero nuevamente sentia que algo me ahorcaba.me desperte y mientras se me desnublaba la vista vi una luz tenue que entraba por las endiduras del techo. cuando al fin pude mirar bien, me di cuenta que era mi hermano que estaba en la sala viendo TV y era esa luz lo que alumbraba. depronto me percaté de algo...no me daba el ventilador, este se habia girado todo en direccion a la puerta; la cual tiene una ventana con rejillas que yo le habia puesto mi tohalla para que no entrara la luz. como mi cuarto es pequeño se me hacia un poco dificil abrir totalmente la puerta ya que detras de ella estaba el ventilador. este se le habia quitado la parte delantera que proteje de las helices por que chocaba con ella. en ese momento me levante de la cama por que temi que las helices se enrredaran con la tohalla que estaba en la puerta. Cuando ya me devuelvo a la cama...les juro que es verdad. senti que algo me detuvo y me dijo...quita la tohalla...ahhhhhhhhh me dijo yo, que es esto. a lo que senti nuevamente la necesidad de quitar la tohalla. hice un asentamiento con los hombros, abri la puerta y quite la tohalla.en la mañana como a las 5:30 me desperte y fui al baño, cuando venia de regreso, cerre la puerta y en un instante algo me empujo, me alejo de la ella y vi cuando del enchufe de energia empezaba a salir chispas de corto. mi mamá que escucho se acercó, prendio el bombillo y las dos nos quedamos atonitas al ver como se fundia el cable del ventilador y se fundia el motor del mismo.ella tomo el palo de una escoba y pudo detener el corto y bajó las palancas. Me sente en la cama y le conté mi sueño. Empeze a analizarlo y despues de esto aun siento mas miedo que antes. el angel que vi en mis sueños no era mas que mi tohalla, que de no haberla quitado de la puerta, una de las chispas hubiera caido encima de ella y se hubiera prendido imposibilitando mi salida del cuarto. En mi sueño ese angel estaba sujeto al arbol mientras el viento soplaba; ese arbol no es mas que mi puerta de madera, ese viento no es mas que el aire que produce el ventilador. mi abuela en el sueño me decia que eso que estaba en el arbol no, nos dejaba vivir tranquilos...hasta hace años teniamos problemas muy serios con la electricidad en mi casa, y eso no nos dejaba dormir tranquilos ya que en variias ocaciones estuvimos a punto de morir incinerados. No se si esa voz que me detuvo y me dijo que quitara la tohalla era mi amiga, siento que fue ella que me salvo, que nos salvo de morir de esa forma tan horrible como murio ella. Sorprendentemente, fue a la misma hora en que a ella su esposo le prendio fuego.
tatiana

El Extrañø por franko



Elena entrecerró los párpados durante un segundo y volvió a abrirlos de nuevo. Posó la vista sobre el reloj y vio que eran ya casi las cuatro de la madrugada. La penumbra en que estaba sumida su habitación era rota por la lamparilla de mesa, que proyectaba su halo de luz blanca sobre la mesa en la que Elena había pasado la noche estudiando. A un lado estaban apilados varios libros y en el centro, el montoncito de folios emborronados de fórmulas, números y letras con los que Elena había estado trabajando. A Elena siempre le había fascinado la Química, y se sentía muy complacida de poder estudiarla ahora en la universidad. Lo que no le gustaba a Elena era tener que haberse marchado de su localidad para pasar el curso viviendo en Granada, y haber dejado atrás a sus amigos en especial a Marta, que había sido su mejor amiga desde que ambas tenían tres años y sobre todo, no le gustaba tener que vivir sola en aquel piso que había alquilado.Había llegado a la ciudad sin otra compañía que la de su Renault 19 blanco. Siempre hubiera podido poner un anuncio buscando una compañera de piso, pero ya había estado el curso anterior compartiendo piso con otras universitarias, y Elena no estaba dispuesta a compartir techo de nuevo con una pandilla de extrañas que no prepararan la comida ni limpiaran cuando les tocara, y que montaran fiestas nocturnas en las que invitaran a entrar en la casa a chicos tan estúpidos como ellas.Decidiendo que ya tenía demasiado sueño, la chica dejó caer el bolígrafo y éste rodó con suavidad sobre los folios antes de detenerse. Apagó la lamparilla, caminó los dos pasos que la separaban de la cama, y se sumergió bajo las mantas.¡Diiiing!Elena despertó contrariada y miró el reloj. Las cinco y media. ¿Quién demonios estaba llamando al timbre a esas horas?¡Diiiiing!Elena estaba furiosa. De un salto abandonó la cama, y descalza y en pijama como estaba recorrió el pasillo y se detuvo ante la puerta.¡Diing!Elena miró por la mirilla. Al otro lado de la puerta había un muchacho de su misma edad. Un chico alto y moreno, que vestía unos vaqueros descoloridos y una cazadora verde. Elena hubiera opinado que era guapo si no hubiese estado intrigada pensando en quien podría ser ese vistante nocturno, y sobre todo qué quería.¿Quién eres? ¿Qué quieres? vociferó.Hola, Elena contestó el muchacho amablemente. Disculpa que te haya despertado. Pero necesito recoger un maletín que dejé aquí olvidado el curso pasado. Es algo muy importante.Elena enrojeció de ira.Y si dejaste aquí algo olvidado el curso pasado ¿No has podido venir a buscarlo precisamente hasta ahora? Para empezar ¿tú quién eres?Me llamo Víctor volvió a sonar al otro lado de la puerta la voz amable del chico. Yo ocupé este piso el curso pasado, y dejé olvidado un maletín que necesito recuperar ahora. Si quieres, te puedo indicar dónde está.Elena sacudió la cabeza incrédula. No podía creer que alguien estuviese llamando a su puerta a las cinco y media de la madrugada diciendo aquella sarta de estupideces. Y desde luego, no tenía ninguna intención de abrirle la puerta.Mira... yo no sé nada de eso. Lárgate.Esta vez ninguna voz respondió al otro lado. Elena volvió a mirar através de la mirilla. Allí ya no había nadie.La chica se preguntó al día siguiente, mientras se dirigía a la facultad en su coche, si no habría soñado todo aquello. No, no lo había soñado, aunque desde luego, aquello era algo fuera de lo normal. Si se había tratado de una broma, a ella no le había hecho ninguna gracia. Le gustaría tener a alguien de confianza cerca para poder hablar de ello sin que se rieran de ella. Recordó a su amiga Marta, suspirando con tristeza. Pasaron tres días y ya Elena casi había olvidado el incidente. Hasta que de nuevo aquel sonido volvió a apartarla de su sueño.¡Diiiing!Elena despertó asustada. ¡Otra vez no! Miró el reloj ¡las cinco y media de la mañana!De nuevo corrió hacia la puerta, y de nuevo vio a través de la mirilla al chico de la cazadora verde.Hola Elena, soy Víctor. Vengo a buscar el maletín que dejé aquí olvidado el curso pasado.¡Vete! ¿de qué vas? ¡No te voy a abrir!Elena, el maletín está en el tercer cajón del armario. Tengo que llevármelo. Es muy importante.Elena se alejó de la puerta, al borde del llanto. El timbre no volvió a sonar. ¿Quién era aquel muchacho? ¿Y si era algún lunático que se había fijado en ella? Si era así, quizá no se conformara con llamar a su timbre por las noches repitiendo aquella historia sin sentido del maletín olvidado. ¿Qué haría si él la abordaba en plena calle?A la siguiente noche, el incidente se repitió. De forma idéntica a las dos veces anteriores.Hola Elena. Soy Víctor. Vengo a buscar el maletín que dejé aquí olvidado.Elena esta vez no le respondió. Estaba ya convencida de que aquel muchacho que decía llamarse Víctor podría suponer un peligro para ella. Pero dudaba que pudiera convencer a la policía de ello. Al fin y al cabo, no era ningún delito llamar a un timbre. En cuanto fue de día, decidió que tenía que hablar con la persona con quien ella sabía que podía contar siempre. Cogió el teléfono móvil y marcó:¿Sí?Marta... soy Elena.¡Elena! ¡Qu... la alegría inicial de la voz de Marta se apagó cuando advirtió que su amiga estaba llorando. ¡Eli,,cielo! ¿Qué te pasa?Marta, necesito que vengas. Quiero que vengas y duermas aquí, aunque sólo sea una noche o dos. Mientras busco aquí una compañera de piso. ¡No quiero estar sola aquí ni una noche más!Elena, ¿por qué dices eso? ¿qué ha ocurrido?Por toda respuesta, Elena sollozó con más fuerza.Elena, por favor, cálmate. Te prometo que iré a verte allí, como hice antes de Navidades. Y me quedaré a dormir contigo si quieres. Pero sabes que no puedo ir a Granada antes del viernes. ¡Joder, Elena! ¿Qué es lo que pasa?Te lo contaré cuando estés aquí. Ven, por favor.El viernes por la tarde estaré allí. Te prometo que iré... ¿Estarás bien hasta entonces?Sí. Pero por favor, quiero que vengas.Eran las cinco y media de la madrugada del miércoles cuando el timbre del piso que habitaba Elena volvió a hacer “ding”. Esta vez Elena no estaba en cama, sino bien despierta y sentada en una silla. Esta vez no se acercó a la puerta a preguntar quién era. Lo sabía perfectamente. El “ding”no se repitió, como si el visitante aceptara que Elena no quisiera abrirle.Elena pensó que tal vez había preocupado sin motivo a su amiga. Las llamadas a la puerta no pasaban de ser solo eso, pese a que ya hacía casi una semana desde la primera. Todo aquello era muy raro. También era raro que aquel chico tuviese una llave del portal del bloque de pisos y entrara con ella cada noche. Porque desde luego, aquel joven entraba desde la calle. No era un vecino suyo, de eso estaba segura. Se hubiera cruzado en la escalera o en el ascensor con él alguna vez en los meses que llevaba viviendo allí. Las dos últimas veces Elena se había asomado a la ventana cuando el chico ya parecía haberse ido, pero las terrazas de los pisos inferiores le impedían ver si alguien entraba o salía del portal. ¿No dijo algo el chico sobre los cajones del armario? ¿Cómo diantres sabía el tal Víctor que en el armario había tres cajones? No cabía duda, aquel chico realmente era un estudiante que había habitado aquel piso en un curso anterior. Eso explicaba tambien que conservara una copia de la llave del portal.Elena recordó sus palabras: ”Elena, el maletín está en el tercer cajón del armario”. La chica se encaminó hacia el armario. Nunca había abierto el tercer cajón, ya que los dos primeros eran bien grandes y le habían bastado para guardar su ropa. Se puso de rodillas y abrió el cajón.Dentro había un pequeño maletín de color negro.Elena se puso pálida como un papel. Cogió el maletín e intentó abrirlo, pero estaba cerrado con llave. La joven fijó sus ojos en aquella pequeña cerradura y pensó si podría forzarla de alguna manera. No, no debía. Aquella pequeña maleta no era suya. Pero no tenía sentido que su presunto dueño se presentara a reclamarla meses después de haberla dejado allí olvidada, y menos a reclamarla a aquellas horas y de aquella manera tan extraña. Pero sin duda Mari Carmen, la señora que le había alquilado el piso, podría aclararle más cosas. Ese mismo día la llamaría por teléfono.¿Diga?Mari Carmen, soy yo, Elena.Hola Elena. ¿Va todo bien?Sí... quería preguntarle algo. ¿El año pasado alquilaste el piso a un estudiante llamado Víctor?Sí, Víctor. Aquello fue un varapalo terrible...¿Cómo? ¿de qué habla?Víctor murió en un accidente la noche que salió a celebrar el fin de curso. Su moto fue a empotrarse contra un árbol. ¿Por qué lo preguntas? ¿Has encontrado en el piso algun objeto con su nombre o algo así? Pensaba que se lo habían llevado todo...La madrugada del viernes, Elena no se puso el pijama ni se metió en la cama. Vestida de calle, aguardó sentada e inmóvil como una estatua a que llegara la hora señalada. A las cinco y media, el timbre sonó.Esta vez Elena se levantó, cogió el maletín en sus brazos y se dirigió hacia la puerta. No miró por la mirilla.¿Quién es?Hola Elena, soy Víctor. Vengo a buscar el maletín que dejé aquí olvidado.Elena abrió la puerta...Eran las siete de la tarde del viernes cuando Marta llegó al piso, alarmada porque su amiga no le había respondido ninguna de sus llamadas al móvil en todo el día. Su alarma quedó justificada cuando al llegar encontró que la puerta del piso estaba entreabierta, y la luz del recibidor encendida. Entró y buscó a Elena, pero allí no había nadie. Tampoco vio signos de violencia, ni parecía que hubiesen robado nada. Lo único que parecía fuera de lo normal era un pequeño maletín negro que yacía tirado en el suelo abierto y vacío.Aquella misma noche, Marta corrió a la comisaría más cercana a denunciar la desaparición de su amiga. A las cinco y media de la madrugada, se recibió en la comisaría un aviso de accidente: un Renault 19 blanco se acababa de estrellar contra un árbol. Su único ocupante era el conductor, una chica de unos 20 años, que había resultado muerta.
franko

Que se yo por dor



FANTASMAS, EXTRATERRESTRES O QUE SE YOEsta historia es completamente real y me sucedió a mi, aunque no se bien como caratularla, por lo tanto paso a contarla.Un día de verano de 1994 paso por la casa de mi tío para tratar un asunto que tenia con el, como la casa me quedaba cerca del trabajo decidí salir un rato, hablar con el, y después volver, tramite que no me demoraría ni media hora. Salgo de mi oficina a las 18:00, a las dos cuadras estaba la casa de mi tío, entro al pasillo (alquilaba una casa interna, era el segundo departamento de 3 que había), a esa hora aun era de día, toco timbre, y escucho como unos pasos que se acercaban a la puerta de ingreso, los pasos eran similares al que hace alguien en chancletas (pantuflas), sin embargo no me abren la puerta. No me escucharon, pense, por lo tanto toco otra vez el timbre, y nuevamente esos pasos, ahora si, me dije , y otra vez nada. Ya un poco enojado vuelvo a tocar pero con igual respuesta, o sea nada. Me dirijo a la ultima casa y me extrañó que tuviera encendida la luz tan temprano, pero en fin, le pregunte a una persona que me atendió si no había visto a alguno de mis tíos, dijo que no, y cuando me di vuelta como para salir me percate que ya era de noche, extrañado miro mi reloj digital y claramente veo 20:00, como me dije, si recién vine, pasaron dos horas y lo único que recuerdo haber hecho en esas horas es tocar el timbre y esperar, cuanto puedo haber demorado en las tres veces, máximo no mas de media hora. Muy confundido por lo raro de aquello, cuando me dispongo a retirarme miro hacia el cielo, estaba completamente oscuro, no se veían estrellas, ni nubes, solo negrura, y por el pasillo para salir no había ninguna luz, lo que lo hacia increiblemente mas negro, a mis espaldas me daba la luz de la ultima casa, pero no iluminaba mas que a mi y a una pequeña porción por delante, y bien al final del pasillo, que era la salida, perfectamente podía ver los autos pasar y la luz de la calle, que tampoco alumbraba hacia dentro. Un breve escalofrío me pasó por la espalda cuando pude ver el cielo del otro lado y no parecía tan oscuro, y miro para arriba en donde yo estaba y seguía siendo negro. En fin pude salir pegado a la pared del pasillo, porque no veía ni por donde caminaba, ese tramo se me hizo eterno. Cuando llegue a mi oficina me preguntaron que me había pasado, por que me demoré tanto si dije que enseguida volvía, mis compañeros saben que nunca me ausento tanto (fueron 2 horas casi exactas). No le di mayor importancia al asunto, hasta que me encontré con mi tío, le comente que fui y le pregunte por que no me atendieron si estaban ahí, la respuesta es aun mas increible que lo que me paso, en la fecha que yo fui a la casa de ellos, hacia ya un mes que se habían mudado y no vivía nadie por que ocurrieron extrañas cosas dentro de la casa, puertas que se habrían y cerraban solas, libros que volaban por un agujero donde estaba un extractor hacia un patio interno, ruidos extraños y asi. Nunca supe mas nada de la casa ni de lo que me paso en esas 2 horas (perdidas para mí), ni me volvió a suceder nada similar...pero sigue siendo algo muy interesante y extraño que no olvidare jamas, algunos a los que le conté la historia sugieren que me abducieron (cuando te sacan de donde estas y te llevan para luego devolverte sin que uno sepa que paso) alienigenos, lo cual parece tan loco como que había fantasmas en la casa de mi tío. En fin, que se yo...
dor

La tristeza permanece por Maggot



No tengo idea de la hora que es, ni de cuanto camino llevo recorrido. Ni la hora en que salí de casa. Supongo que bastante. No reconozco ninguno de los lugares por los que he pasado, no se donde estoy ni hacia donde me dirijo, en el camino no hay nadie mas que mi soledad y yo. Aquel fulgor espectral de la luna es mi única guía, el continuo silbido del viento y esa espesa niebla que reposa sobre los alrededores parece nunca terminar, todo es tan tétrico y deprimente, así como me encontraba yo, tal parecía que alguien hubiese plasmado mis sentimientos en aquel panorama.Trato de poner en orden mis pensamientos, tratando de encontrar una razón por la que he llegado hasta aquí. Me remonto a días anteriores y solo puedo recordar dolor y tristeza, aquella infinita depresión que parecía acecharme como un fantasma, y aun permanece conmigo. Me ha seguido casi desde que tengo uso de razón, ha vivido conmigo tanto tiempo que me ha hecho cometer incontables y fallidos intentos de suicidio, me ha traído lagrimas, fracasos en todos los aspectos, y sobre todo mucha soledad, y ahora, a mis 18 años me ha apartado del mundo, porque el me desprecia tanto como yo a el, y me he quedado solamente con mis pensamientos destructivos y mi eterno odio. Pero aun no he hallado respuesta a mi pregunta ¿Qué hago sola caminando aquí? La falta de compañía no es nada nuevo para mí, pero el hecho de deambular en un paraje como este me es todo un enigma. Por alguna razón no me puedo detener, simplemente continuo caminando, aunque no me siento cansada, Observo a mi alrededor y solo escucho aullidos de perros, y el pululo de un búho, supongo que debe de ser una noche fría por el vaho que exhalo, pero no parece afectarme. Vuelvo a enfrascarme en mis pensamientos, pienso un poco en lo que será de mi, en lo que haré a futuro, en metas y logros y todas estas estupideces que jamás me han interesado, tal vez no todo esté perdido, es decir, tal vez aun haya oportunidad de redimirme un poco, mejorar algunas cosas, y quien sabe, tal vez hasta rehacer de nuevo mi vida. Expreso una ligera sonrisa, ¿en que estoy pensando? 18 años de vida desperdiciada no se pueden arreglar asi simplemente, todo lo malo y negativo estaba demasiado arraigado como para desaparecerlo simplemente. ¿O tal vez no? Quien sabe, podría funcionar, podría intentarlo en cuanto regrese a casa, ¡a casa! súbitamente recuerdo que sigo deambulando en un lugar desconocido, y probablemente muy lejos de mi hogar al darme cuenta noto que estoy entrando a una especie jardín enorme o algo por el estilo. Noto unas especies de rocas enormes o monumentos alrededor pero no alcanzo a distinguirlos por la niebla, después de atravesar el lugar casi por completo veo que me aproximo a una de esas rocas grises, me intriga saber que es y tal vez eso me de una explicación, al llegar, por una fuerza mayor que me obliga a arrodillarme noto con sorpresa que aquello no es una roca; es una tumba como todas las que se encuentran alrededor, estoy en un cementerio! Pero todo es peor al leer las inscripciones y descubrir con horror que la persona en aquella tumba soy yo, ahí se encuentran mi nombre y fechas de nacimiento y muerte.NO, NO ES JUSTO!!! ¿POR QUE? POR QUE A MI?!!!! AUN TENGO UNA VIDA POR DELANTE SOLAMENTE TENGO 18 AÑOS!! ¿QUE HICE POR QUE PASO ESTO?!!!Y entonces lo recordé: tiempo atrás en uno de esos momentos de intensa depresión finalmente lo había logrado: al fin logre cortar mis venas hasta desangrarme, mi deseo se había cumplido al fin; estaba muerta. Yo ya no pertenecía al mundo de los vivos. Las lagrimas inundaron mis ojos cuando me di cuenta que aun cuando ya no hay vida en mi cuerpo, eso no fue un escape, en mi espíritu la tristeza aun permanece, nunca me podré librar de ella, me sigue y vivirá conmigo eternamente.
Maggot

Puerta al infierno por Luis Bermer



PUERTA AL INFIERNO, SANGRE EN EL CIELOEstaban sentados sobre la roca, juntos. Se besaron con ternura. Desde lo alto de la colina dominaban toda la extensión del valle; sus campos de cultivo, los estrechos senderos que conectaban casas aisladas, sus pequeños oasis flanqueados por palmeras y, al fondo, su querida ciudad, ancestral, bajo la protección de las montañas. Contemplaban abrazados la lenta caída del sol tras el horizonte, que reflejaba sobre las escasas nubes la profunda gama del rojo; el lienzo de un pintor magistral, inhumano.Qué bonito…¿verdad? –dijo ella.Sí…susurró él.Las primeras luces artificiales decoraron el valle, las diminutas ventanas y calles de la ciudad. Las nubes habían aumentado, conformando un manto anaranjado que tornaba, inexplicablemente, hacia un rojo cada vez más brillante. El sol se había retirado, pero la luminosidad crecía tras las nubes. En silencio se miraron y volvieron a alzar la vista, sin comprender porqué este atardecer era tan diferente a cualquier otro que recordaran. Distantes truenos recorrían la cúpula; resplandores eléctricos iluminaban el rojo creciente desde dentro, como en una digestión de luz pura.Comenzó a llover.Sangre.Los rostros desencajados, goteantes, se miraron aterrorizados, extendiendo las palmas de las manos en medio de la tempestad, sin poder creer lo que estaba ocurriendo ¿Cómo podía Alá permitir que las pesadillas abandonasen su cárcel del sueño? El viento golpeaba con su cortina carmesí, arrastrando el orgánico olor del óxido, dulzón, sofocante. Los relámpagos eran venas blancas, momentáneamente visibles entre estallidos ensordecedores. Ciclópeos pilares quebrados y fragmentos de mampostería caían, desde las alturas, sobre el cuerpo postrado de su ciudad, bañada en sangre. Un inmenso torbellino de negrura horadaba el cielo, engullendo las nubes en voraz espiral. Y desde sus entrañas, vomitados entre chillidos monstruosos, escaparon cientos de bestias aladas formando una plaga negra, que se precipitó sobre el mundo de los inocentes. Y con ellas, la certeza de muerte. Despiadada. Absurda. Cruel.¿Quién aseguró que el infierno enclavaba sus raíces en las profundidades de la tierra?* * *La puerta al infierno estaba abierta.Oleadas de horrores sin nombre escapaban por ella, libres a su sed de muerte. Cada boca escuchó su propio grito de agonía antes de morir; el dolor se experimentó en todas sus magnitudes. Los ríos de sangre que fueron calles arrastraban restos humanos. La ciudad que era carne abierta, huesos rotos, clamó por un auxilio que nunca llegó. El mundo no luchó contra el horror; miró hacia otro lado. Avergonzado. Aterrorizado.Cuando la lluvia de sangre cesó, el fuego comenzó a torturar el cuerpo que aún vivía sin vida. Y un cuerpo sin cabeza ya no puede gritar.En lo alto de la colina, a él lo mataron rápido; sólo le abrieron el abdomen para obligarlo a comer sus vísceras. Ella no tuvo tanta suerte. Las palabras no deben intentar la recuperación de aquello que no pueden transmitir.Para los artesanos del dolor, la carne guarda infinitas formas.* * *La puerta al infierno sigue abierta.Nicaragua, Corea, Vietnam…ahora Irak. Ellos siempre han tenido la llave que abre la puerta. Ellos siempre han sido valientes para abrir la puerta. Ellos siempre han sabido cuál es el momento justo para abrir la puerta. Pero nunca supieron como cerrarla.No existe llave para cerrarla.Y la puerta al infierno sigue abierta.
Luis Bermer

Cuidando a Ariel por Jorge E Hurtado



Hace algunos años, en mi adolescencia, dedique parte de mi vida a los niños.Encontré en ellos lo que buscaba para vivir, entonces solo decidí adoptarlo como mi trabajo.Los primeros chicos que cuide eran agradables y no me habían llevado para nada trabajo.Al contrario, cuidarlos era un placer indescriptible.En ese entonces era una chica de 17 años, hoy ya tengo 23, trabajaba más que nada para pagar mis estudios.Me encontraba terminando mis estudios secundarios y no tenia compromiso con algún chico, era aparentemente fea para ellos, y tenía tiempo de sobra.Por lo tanto lo dedique al cuidado de ellos.Todo iba normalmente, los niños que cuidaba eran de familias cercanas a la mía, lo mas común.Pero un día se presento en mi casa un niño muy diferente, sus padres eran viejos amigos de mi familia pero a el nunca lo había visto.Cuando me acerqué a saludarlo el huyo aterrado, pareciera que había visto un fantasma.Días tras días el niño actuaba así, hasta que adquirió confianza en mí.Las primeras semanas no pronuncio palabra alguna, parecía como si algo lo aterrara… como si algo lo perturbara.Hable con sus padres pero ellos solo se excusaron en que el chico era algo tímido y que además sufría de esquizofrenia. Por lo que me calme entonces <>pensé.Al estar informada del problema busque formas de ayudar a aquel chico.Un día, si mal no recuerdo, lo vi dibujando en un papel… cosa que es común en niños de 8 años, lo no común era lo que dibujó. En el dibujo se podía ver a unas cuantas personas bañadas en sangre, cosa que me alarmó.Pedí explicación rápidamente a lo que contesto:mama siempre me deja dibujarsi, y eso esta muy bien, pero explícame… ¿quines son las personas que aparecen en tus dibujos?dije algo alterada.amiguitos dijo inocentemente.Yo entonces solo le dije que era hora de que valla a la cama, que durmiera, que sus padres ya llegarían.Baje a el comedor y me puse a leer, era reconfortante el hecho de que estuviese sola con el niño.En la casa no se sentía ruido alguno… todo era muy silencioso.Leí unas cuantas horas, tres creo, hasta que oí un fuerte grito proveniente de la habitación del niño.El grito se apoderó de mí y para cuando quise acordar ya estaba subiendo las escaleras.Al entrar observe al niño sentado en su cama, estaba con la frente pegada a las rodillas y con sus manos cubría sus orejas.perdóname… perdóname repetía una y otra vez.¡Ariel!dije asustada.¿Qué te esta pasando?El alzo la mirada dijo:nada, no es de su interés… solo hablo con Jeremías dijo secándose las lagrimas.¿Jeremías?... ¿de quien hablas?de nadie, no entenderías, volvió a mirar sus rodillas.quédate tranquilo, todo va a estar bien dije acariciando su cabello.Sollozo un pequeño instante y se calmo, volví a cubrirlo entre sus sabanas y me encamine hacia el comedor nuevamente.Al llegar ahí comencé a pensar en el tal Jeremías que Ariel había nombrado.Mi cabeza parecía trabajar a mil por horas, como si estuviese por estallar.Se me vinieron miles de ideas acerca de quien podría ser <> pensé.<> volví a pensar.Medité aproximadamente media hora y volví a la habitación.Ariel… Ariel mi voz parecía solo un suspiro.Ariel, ¿Quién es Jeremías? dije sacudiéndolo suavemente.¿Qué? dijo despertándose.si, ¿quien es el Jeremías que nombraste hace un instante?¿Qué Jeremías? dijo como si no recordara nada.Yo solo lo mire y quede anonadada, no podía seguir preguntándole algo que el desconocía.nada, vuelve a dormir dije y volví a caminar hacia la puerta, pero antes que pudiera cerrarla el dijo en vos casi pensante:el siempre me culpa de todo.Entre rápidamente a la habitación y casi en un grito de desespero pregunte:¿Quién? ¿Hablas de Jeremías?, ¿el es que siempre te culpa?Me miro como si despertara de su fantasía, como si no hubiese estado en ese lugar.¿de que estas hablando? dijoyo no conozco ningún Jeremías.pero… volví a interrumpirme con mis pensamientos. << ¿Cómo puede ser?>> << ¿será que realmente no recuerda nada o solo esta jugando conmigo?>>El me miro y pestaño unas cuantas veces, parecía no comprender nada.vuelve a dormir dije tocando el interruptor.Salí de la habitación, esta vez mas preocupada, y me decidí a esperar sentada en el sofá.No puedo decir cuanto pasó de esto, ya que quede dormida.Para cuando desperté los padres de Ariel estaban entrando a la casa, cosa que me dejó mas tranquila.El señor Gutiérrez saco su billetera y extendió unos cuantos billetes.te lo has ganado dijo sonriendo.Yo lo agarre dudosa y dije tímidamente.¿señor Gutiérrez?si dijo volviendo su mirada hacia mí.¿Ariel a conocido a algún Jeremías?no, ¿Por qué lo preguntas?bueno… pasa que esta noche ha hablado mucho de el, ha dicho que Jeremías siempre lo culpa de todo.eso no puede ser posible dijo algo dudoso.pero señor… ¿usted ha conocido a algún Jeremías? ¿Algún pariente lejano que el haya escuchado nombrar?no, estoy seguro que nuca hemos hablado de ningún Jeremías frente a el, el único Jeremías que conocí esta muerto hace mucho tiempo. Era el hijo de un viejo amigo que habita la casa de al lado. Pero Ariel nunca llego a conocerlo.¿Por qué preguntabas? dijo cambiando de tema.por nada, solo curiosidad.Me levante del sofá y le extendí la mano.Hasta mañana señor Gutiérrez.buenas noches, Florencia.Camino a casa pensé mucho en lo ocurrido, pero al cavo de dos horas no era más que un recuerdo.Al día siguiente volví a la casa de los Gutiérrez, seria otra noche de trabajo con niños.Golpee la puerta y atendió Ariel. Lo mas extraño fue que me abrazo al verme, como si de la noche a la mañana me hubiese amado.hola Ariel, ¿Cómo esta mi chico preferido?no te vallas, nunca te vallas dijo abrazándome fuerte.cálmate, ya estoy aquí contigo. dije tratando de tranquilizarlo.por favor Florencia… no me dejes solo.Estuve por contestar pero tras el niño apareció el señor Gutiérrez.Veo que ya se ha encariñado contigo, será mejor que pases.muchas gracias señor e ingrese a la casa.Esa casa tenia algo peculiar, algo que no puedo definir exactamente, como si contuviera una energía especial.Los padres del niño se marcharon y me quede sola nuevamente.Volví a retomar mi lectura, Ariel jugaba en su Habitación.Debo haber leído tres páginas cuando note que Ariel me observaba desde la escalera. Parecía algo asustado, como si quisiera comunicarme algo.Volví la vista hacia el libro, era muy probable que subiera nuevamente a su cuarto.Leí unos renglones y volví a mirar… seguía ahí.Bajé el libro y lo apoye en mis piernas.¿Qué sucede? Dije llamándolo con la mano derecha.Comenzó a caminar dirigiéndose hacia mí.Luego de atravesar la escalera se hecho a correr, llego a donde me encontraba y me abrazo.tengo miedo, es Jeremías dijo largándose a llorar.tranquilo, aquí no hay ningún Jeremías, solo estamos tu y yo dije intentando calmarlo.el dice ser mi vecino, dice que yo tengo la culpa lloraba cada vez mas fuerte.culpa… ¿de que te culpa?de su muerte, de su separación.tranquilízate, es hora que tomes tu médicamento, dije mientras me paraba a buscar su medicina.Camine hacia el botiquín, Ariel parecía mi sombra, no se despegaba de mi por un segundo, realmente estaba aterrado.Le di su médicamento, un tranquilizante, y durmió placidamente entre mis brazos.Ese día no tuvo más complicación, volvió a repetirse la historia, llegaron sus padres, me pagaron y me marche.Al día siguiente decidí ir un rato antes, pero esta vez cruzar por lo de sus vecinos.Los Parinéli eran una familia de clase media, el marido trabajaba en una fábrica de alimento para perros y la señora era socia del club donde asistía mi madre.Lo que nunca había sabido, era que habían tenido un hijo. Parecía que nadie en el pueblo comentaba nada sobre el.Golpee la puerta y me atendió la señora de la casa.buenas tardes -dije nerviosamente.me gustaría hacerle unas preguntas, soy la niñera de la familia Gutiérrez.esta bien, querida… pasa y me señalo la sala.La acompañe por el corredor hasta ver la sala, la casa era muy hermosa, parecía una construcción muy antigua.siéntate, ponte cómoda- dijo la señora cortésmente.si, solo tengo algunas preguntas explique.entonces hazlas dijo sonriendo.señora… ¿podría decirme como falleció su hijo?claro, Jeremías se suicidó hace nueve años.lo siento mucho dije casi disculpándome.no, esta bien… ¿alguna otra pregunta?¿sabe usted cuales fueron los motivos que llevaron al suicidio de su hijo?realmente no se… esa semana el estaba tan angustiado, tan… y comenzó a llorar.disculpe dije avergonzada. – no era mi intención…no, esta bien… ¿pero porque preguntabas?nada, solo tonterías… es que el niño de los Gutiérrez, nombro a su hijo, dice que el lo culpa por su muerte - explique como si fuera una locura.Entonces vi que la dama quedo estupefacta al oír mis palabras, igual que Ariel el primer día que me vio.Bueno, espero haberte sido de ayuda, pero tengo tareas que cumplir… esta casa no se limpia por si sola dijo como si intentara cambiar de tema.esta bien, no le robo mas el tiempo dije levantándome de mi asiento.Miré mi reloj, eran 20:30, tenía que partir rápidamente a la casa de los Gutiérrez.Para mi suerte estaba al lado, lo que me facilito llegar hasta allí.Sin saberlo entonces, este seria el último día que visitaría a los Gutiérrez.Entre y ahí estaba Ariel, como siempre esperándome.Los padres se marcharon y se repitió lo que sucedía noche tras noche.En un momento en el que Ariel estaba junto a mí el agarro mi mano.el quiere hablar contigo dijo.En ese preciso momento todo comenzó a girar ante mis ojos. Imágenes, como fotografías golpeaban mi rostro, azotaban como si fuera un sueño.No podía saber si estaba despierta o solo era un sueño… todo era tan real.Entonces apareció un niño ante mí, no era Ariel, este era distinto.Su pelo era castaño y parecía mas chico.Comenzó a acercarse, con una sonrisa que nuca borraré de mi memoria, caminaba diciendo:ahora veras porque el es culpable.Llego hasta donde estaba y me tomo del brazo.Volví a ver imágenes… esta vez como si fueran recuerdos…Veía situaciones en donde estaba Jeremías, lo vi detrás de una ventana, observando a la madre de Ariel que se encontraba en su habitación… pero con el padre de Jeremías.Todo era claro, también observe imágenes del nacimiento de Ariel, como Jeremías estaba parado junto a el en el hospital, en una forma espectral.En como Jeremías lloraba encerrado en su closet, llorando por lo que había presenciado en la ventana de los Gutiérrez.Lo vi ahorcado, lo vi morir… todo fue realmente impactante.Para cuando reaccione, Ariel dormía en mis brazos, todo parecía una terrible pesadilla.Los padres de Ariel llegaron rato mas tarde, volví a retirarme.Al día siguiente recibí un llamado, Ariel se había ahorcado.Corrí hasta donde se lo estaba velando…Di el pésame a sus familiares y entre lagrimas… en una esquina vi parado al niño de mis sueños, era Jeremías y me volvía a sonreír.Entonces comprendí todo, la razón que llevo a Jeremías al suicidio.Ariel había sido fruto del acto carnal entre su madre y el vecino.Esta situación fue la que llevo al terminar de Jeremías, y más tarde al de Ariel.Como dije antes… nunca más volví a visitar la casa de los Gutiérrez.A veces cruzo por el lugar, y un escalofrió recorre mi piel.Creo que nunca más volveré a cuidar niños.
Jorge E Hurtado

07 abril 2007

Cazados Por: velectric



Cazados

Nací odiándola. La mañana se me presentaba una y otra vez como algo nocivo para mí. Cuando la ciudad dormía, salía para oxigenarme y visitaba los monumentos que en la mañana habían sido asediados por fotos, cagadas de palomas y miradas de gentes poco sublimes.Empecé a escribir a los dieciocho años y nunca pude concentrarme tanto como por la noche. Durante el día sólo ansiaba ese momento y esperaba en mi nicho, aletargado, sólo ingiriendo, jugando, durmiendo y, alguna vez que otra, practicando sexo imaginario con mis náyades oníricas. También solía ver películas de vampiros y pornográficas, que asociaba a mi vida real, sonriendo en los momentos de clímax y en los funestos. Seguidamente, recitaba en voz alta un poema de Baudelaire, con un ritmo pausado, oyendo los ecos que producían sus versos en mi mente demoníaca. Y al terminar, los ojos en blanco. Sumido en una gravitación mística. Haciendo mías las siete esferas.Una noche me recorrí parte de la ciudad a un ritmo rápido, cansándome, buscando algo que me satisficiera, pero ella estaba dormida y sus gentes también. Me volví dirección a mi hornacina, entristecido, no sabiendo a quién dirigirme. En una calle próxima me detuve al ver una estatua cuando menos chocante. Se trataba de una pareja de humanos desnudos, de perfiles griegos, de anchas espaldas y de cuerpos generosos. Además, la escultura estaba construida en azabache y suponía el símbolo de la unión sexual del varón y de la hembra.Hacia tiempo que no se veían mujeres por allí. Todas ellas quizá estuviesen castigadas a vivir en el alba. Permanecí unas cuatro horas sentado bajo aquella figura, pensando qué hacer. Por una noche no tenía prisa por volver a mi emparedamiento: quería probar cosas nuevas y conocer a alguien esa misma noche, aunque sabía que el canon de las salidas no estaba en las madrugadas de las tres hasta las seis; y no siendo fin de semana, menos aún.Me marcó tanto esa noche, que las demás, a partir de ahí, fueron todas iguales. En mi cabeza, apelmazadas, las calles de la ciudad bajo la humedad sin piedad que me causaba embotellamiento. Y llegó un momento en que mi inanición se hacía presente con ánimo de destrozar lo que me rodeaba esas noches: nulidades inertes. Como me aburría, hablaba solo, estudiaba planes para saciarme de alguna manera, recorría las calles en penumbra hasta que al fin exploté. Y llegó ella. ¿Era posible lo que estaban viendo mis ojos? Una hermosa mujer paseaba por una plaza desierta, bajo los almendros en flor. Tenía un perfil lo suficientemente llamativo como para fijarme en ella, curvas por todos lados, una ropa muy ceñida que regalaba a mis ojos unos pechos turgentes, una silueta sacada de un cuento feérico. Quise acercarme más. El deseo me producía palpitaciones. Me acerqué, pensando si hacer lo que estaba pensando.–Hola. Me preguntaba si podríamos hablar un rato.Ella permaneció callada y yo me sentí ridículo. Pude fijarme más en su rostro. Era, sin duda, para colocarla en un pedestal. Su largo cabello caoba llegaba hasta un culo perfecto, respingón pero en su justa medida. Lo único que no me quedó claro fue el color de sus ojos: según le diera el reflejo de la luna se me figuraban verdes o azules pardos.–Perdón si te parezco demasiado atrevido. No te sigo molestando. Adiós.–En realidad te estaba esperando. Bueno, quiero decir, estaba esperando a que apareciera alguien. Esta noche he tenido un pálpito y, sin saber el porqué, me he venido hasta aquí. Me puedes llamar Nicte.
–Ah, yo me llamo Víctor—mi laconismo habitual afloró.–Hace una noche preciosa, bueno, todas lo son en realidad. Lo único que me molesta es el frío húmedo cortante que se me mete en los huesos. Es lo que tiene vivir en una ciudad costera. Suele pasarme que no puedo dormir por las noches. Lo de hoy es excepcional. Normalmente estaría leyendo o tomándome una taza de té. Y bien, ¿tienes algo más que contarme?Yo me sentía avergonzado y no sabía si huir directamente o afrontar la situación.–Verás, Nicte, a mí esto también me pilla de sorpresa. En realidad, no sé qué fuerza extraña ha hecho que me acerque hasta ti. Yo normalmente soy muy tímido. He estado toda mi vida solo, sin presentarme a ninguna mujer. Pensé que al acercarme a ti echarías a correr gritando, pensando que yo iba a hacerte algo malo.–En realidad, Víctor, eso son solamente prejuicios; yo no tengo por qué pensar mal ante nadie. Y a fin de cuentas, eres el único que me está acompañando en esta noche fría y húmeda. Tú eres mi pálpito. Lo sé.–Esto está tomando un halo de irrealidad. Esto solamente pasa en la ficción. No me creo todavía que esté ante una mujer tan hermosa. ¿Es esto un espejismo, acaso un sueño? Si es así, que no despierte.Ella me tomó la mano. Anduvimos toda la noche sin mediar más palabras. Tan sólo nos mirábamos al bies, sonriendo con cada mirada furtiva. Ella debía entrar en mi nicho y ser suyo también. Acondicionaría la caja con fragancias de mil flores para que ella se quedara impregnada para siempre. No dejaría que se fuera así como así. Se lo dije con la mirada. Me notaba mis latidos en las sienes. Nunca antes había sentido nada igual. La mañana la pasaríamos abrazados, acurrucados, sudando nuestros olores, sabores y movimientos. Cogí flores silvestres: acederilla, acónito, achicoria, adormidera, amapola, Artemisa, botón de oro, brezo, campánula, cardo, coranzoncillo, genciana, llantén, malva, manzanilla, margarita, mirobálano, mostaza, muguete, pie de león, redondredo, saxífraga, tila, viburno y violeta. Toda ella me olía a estas esencias, mezcolanza de vida y de muerte…y una sola de mi jardín privado: una orquídea, mariposa nocturna.***Un sol henchido, fundido en el horizonte entre las sábanas en donde la espero. Una llama viva imposible de resistir, creciéndome profundamente con cada mordedura, con cada beso y con cada lamedura. Invade mi sueño con crueles intenciones. Estoy seguro de que esconde un demonio. Odio la mañana, la odio a muerte. Desde los cristales un verde místico se arremolina, ¿es una sombra, un reflejo o un sueño? Esta aparición, en la luna, parece bañarse. Una voz como de viento a través de los árboles me llama, lluvia refrescante en piedra ardiente estival. Algo odorífico llena mi presencia, de fresca tumba cavada, de muerte, de noche; estas cosas son su esencia. Dueña nocturna, amante espiritual, tu boca de vino y de sabor de humo de árbol, mi deidad del crepúsculo violeta. Tú eres la lujuria encarnada en el sudor de mi cama. El cielo más lejano insinúa amanecer. Solo y despierto pero exhausto me encuentro. ¡Cómo odio la mañana! ¡estoy cazado…por ella!***Esto le susurraba al oído a Nicte; era mi versión en prosa de “Haunted” de Type o Negative. No sé si ella me oía pero yo la sentía muy dentro de mí. Y desde aquel momento, no salimos ninguno de la caja mortecina impregnada de mil rosas, gestos, sueños, abrazos y acabé cazado por ella o ella por mí.

04 abril 2007

El Tiempo por Diego Barrionuevo



Una noche como tantas, Luis llego a su casa, borracho. y como siempre trato de hacer el menor ruido posible para que no se despierte ni su mujer, ni sus hijos. que bastante le recriminaban su adicción al alcohol, entonces, ni siquiera paso por la cocina para darse un mínimo banquete. se recostó en su lado de la cama, medio abrazo a su esposa y se quedo dormido como acostumbraba hacerlo todas las noches. su esposa resignada pensaba en el día que Luis deje su adicción y se dedique mas a ella y sus hijos. pero el a todas sus peticiones siempre respondía "no tengo tiempo". Después de un rato Luis en la profundidad del sueño comenzó a soñar con una muchacha muy hermosa de ojos orientales y como si fuera poco, ella estaba enamorada de el. entonces Luis se dejo llevar por el sueño ya que este era muy hermoso, soñaba que visitaban un pueblito y que eran novios y que todos los veían muy enamorados y se sintió muy bien de eso, lamentablemente la esposa de Luis era de muy mal dormir y en una de sus vueltas despertó al romántico soñador, este, enfurecido al reencontrarse con la realidad de que no esteba con la muchacha de ojos orientales, en su lugar estaba su fea esposa, pensó un poco, se levanto, fue a la cocina y del aparador tomo la botella de vino y bebió dos vasos, una vez saciada su sed se recuesta de nuevo para descansar al fin, pero pensando en todo momento en esa muchacha, fue entonces cuando decidió concentrarse y de alguna manera reengancharse con ese sueño. dio un par de vueltas y el fin lo logro, cuando se dio cuenta que otra vez estaba en el pueblo, busco a la muchacha y en la puerta de una tienda de regalos la encontró, ella al verlo le reprocha que la haya dejado por tanto tiempo, le dice: mi amor hace un mes que no se nada de vos, no te das cuenta que te amo, el no comprendía que en los sueños el tiempo transcurre mas rápido, a esto Luis solo respondió con un abrazo a la joven , un tierno beso, y dentro de su cabeza decia:" yo no tengo una novia así en mi vida real, por que no tengo tiempo" una vez aceptada la forma de disculparse de Luis. el entro en la tienda de regalos para comprar algo para su amada, saluda al vendedor y comienza a recorrer el amplio salón, habían cuadros y jarrones y figuras de cerámica, pero lo que realmente le impacto era un reloj con la forma de un rostro humano, cuando Luis se acerca a este reloj se sintió como paralizado y fue entonces cuando el reloj comenzó a hablarle y mirando a sus ojos, con voz ronca le dijo: que haces acá? no te das cuenta de que ella esta realmente enamorada de vos? que, acaso crees que los sueños, sueños son? mira, vos estas jugando con los tiempos, por que has regresado de tu tiempo y te has metido en el mundo de ella, no te das cuenta de que ella sufre, ahora como castigo sabrás que hablo en serio, pues al despertar de este sueño estarás de rodillas ante mi, y ante mi temerás volver a jugar con los tiempos que se mueven en los sueños. ni bien este personaje termino con su discurso Luis despertó, lo que realmente asombro a su familia fue que estaba en la habitación de uno de sus hijos de rodillas frente a una mesa de luz donde había un gran reloj despertador. los latidos de su corazón se acompasaron con el segundero y no hablo nunca del tema, el siguió con su adicción y el reloj sigue aun en la mesa de luz de su hijo y cada vez que el sueño lo vence aunque le cueste mucho Luis no sueña, y cuando despierta, y su mujer pregunta con que soñó, el responde temeroso: "no soñé con nada, no tengo tiempo para eso..."

Un Espectro por Sargento AFVN


esta historia me la conto mi padre ... un ex militar:él era un sargento al mando de muchos soldados, debido a que tenía que inspirar respeto los trataba con mucha frialdad y sin piedad alguna cuando cometian alguna falta.un dia del 1992, un soldado quiso escaparse pero para su mala suerte lo capturaron, este soldado ya era conocido por ser muy debil mental y fisicamente, ya que era la cuarta vez que intentaba escaparse mi padre no lo quiso castigar de manera normal, aprovechando que estaban en la sierra y todas las leyendas que se contaban sobre una casa llena de espectros ... lo llevo a esa casa y le ordeno inspeccionar toda la casa y cuando estuviera al otro lado de un disparo.. despues regresase.esto era una orden demasiado facil para cualquiera.. pero para ese pobre muchacho era demasiado.entró en aquella extraña casa donde muchos dicen que ven fantasmas.. mi padre estaba con algunos compañeros afuera esperando y burlandose del muchacho, de pronto se escucharon los gritos del pobre joven ... disparos... y luego el silencio. sin perder un segundo mi padre y sus otros 3 compañeroscargaron armas mientras entraban a la casa. estos 3 expertos, pensaron que eran terroristas pues en esa epoca existían varios grupos de estos, (peru), entraron dispuestos a morir, la casa no tenia luz, solo mi padre tenia una linterna, no contaban con nada mas que eso, y sus balas 38 mm, lograron hallar al soldado ahorcado con una soga y el cuerpo lleno de arañazos, se quedaron quietos sin hacer ruido alguno para escuchar al enemigo, entonces mi padre escuchó quejidos, quejidos, pero del otro extremo de la casa, entonces comunicó a sus colegas para ir juntos... no hubo respuesta.. de nuevo les zusurraba un poco alto para que lo escuchasen ... no hubo respuesta.. se arrastró hasta el lugar donde se suponia estaba uno de sus colegas.. y !sorpresa! ya no estaba.. ni el ni el otro...entonces pensó que lo habían dejado atrás... se dirigió más al fondo de la casa... se acercaba mas a los quejidos, se escuchaban cada vez mas cerca... cuando abrió la puerta con violencia.. vio a sus amigos casi muertos ... su cara ensangrentada... y se quejaban ... muy debilmente. de pronto sintio algo acercandose desde atras... volteó y logró ver que este hombre .. desnudo. con los ojos desorbitados .. !estaba flotando! .. empezó a dispararle ... vio que este ser se detenía un momento como si las balas lo frenaran ... tenía piel (no podía ser que pudiera levitar) , cuando se le gastaron las balas hechó a correr , más al fondo aun .. diviso una ventana y sin importar que hubiera afuera.. huyo por alli . cayó ileso y echó a correr .. lo último que pudo divisar fue a ese hombre .. levitando en el tejado... riendo . burlandose de él ... ahora en el 2006 mi padre se ha retirado de las fuerzas militares , mientras me contaba esta historia .. temblaba y tartamudeaba...yo tengo 21 años y se que algun día tendré que visitar esa casa ...


sargento afvn

La Blasfemia por Luis Fernando Figueroa Orozco

Era una tarde tranquila sin nada que alterase la vida normal de la rutina diaria, cuando, ante las puertas de la muerte, estaba tendida en cama la mas hermosa mujer que mi memoria recuerde, azotada por la fiebre y cegada por los delirios de las pesadillas, y así, agónica y sufriendo, también se encontraba mi alma, expectante de la condición de mi amada, derramando una lágrima por cada gota de sudor que de la frente que ella transpiraba, tratando de sufrir yo su dolor y liberarla de su pena, hasiendo el esfuerzo inútil de sentir lo que ella no debía, mientras mi angustia desesperada me enloquecía, miré en el viejo reloj de péndulo que el muro sostenía, pasar cada segundo marcado por un severo Tic Tac, que mas que medir el tiempo de la vida parecía avisar la hora de la muerte, acrecentando mi dolor de perderla, solté el llanto contenido de lo mas profundo de mi corazón y me atreví a decir la mas grande de las blasfemias.¡ Vendería mi alma al diablo ! - grité - vendería mi alma al diablo por calmar la dolencia de mi amada y terminar su agonía, por encontrar la manera de ser yo el que sufriera y evitar el cruel castigo de verla morir, que importa el alma si se pierde el amor de la vida. Y en mi duelo, rasgue mis ropas y el tétrico ritmo del reloj retumbo en mis oídos; miré al muro y ahí estaba, el viejo reloj de péndulo, que sereno parecía me escuchaba, con su ¡Tic Tac! que el tiempo acortaba, escondiendo de la muerte su carcajada, que burlándose de mi soberbia y ufana, de ira me obligo repetir la blasfemia mientras seis campanadas resonaban. ¡Vendería mi alma al diablo, por callar el murmullo de Cronos que por tus engranes se escucha, por detener el tiempo si es la forma de callar tu desesperante péndulo y tus insolentes campanadas!… y en el justo momento del último repicar, sesó el sonido de mi sufrimiento, callando el reloj en sepulcral silencio, que transformó mi rabia en temor latente, celando de valor mi mente al escuchar la voz que a mis espaldas decía, acepto. Y confuso ante aquella vos de trueno volví mi cabeza y vi su rostro, sereno mas con la expresión sádica de los verdugos al contemplar el cadalso, al recio catrín enviado de los infiernos, con su mirada demoníaca, posada sobre mi dulce adorada, que creció extraño mi celo, nublando de envidia mi mente, más quedé estupefacto al oír de nuevo la frase maldita que destinaría mi suerte, acepto. Y ante mis ojos todo dio vueltas, nublándose mi vista por un momento, y me sentí tumbado en cama con el mal que mi amada padecía, cegado con los delirios de mis temores, y sentí la cálida mano de ella, limpiar con ternura mi frente, y escuché sus palabras de dolor, y vi sus lágrimas que rodaron por sus mejillas, caer en mi pecho, y al pie de mi lecho de agonía, al serio catrín con su mirada fría y su pequeña sonrisa malévola, burlándose a sus adentros, y a sus espaldas; el viejo reloj inerte, callado y sombrío, sintiendo en ese instante que la vida se me escapaba; más mi alma no abandonó mi cuerpo, convirtiéndose en mi eterna celda, contemplando dentro del féretro la putrefacción de mi carne, y recordando cada instante el Tic Tac del reloj de péndulo, que no callara más