El hubiera no existe por Fernando Figueroa

Quizás si ella no hubiese aceptado, el ahora seguiría siendo el mismo. Pero el hubiera no existe, y ahora solo espera que el anochecer caiga en sus ojos.Cuantas veces había llegado a ese mismo sitio donde aquel evento traumático sucedió, y cuantas veces había vuelto a sentir la misma nausea. Solo para repetir todo de nuevo.Ella dijo que aceptaba, y aunque su plan dio resultado se sorprendió de la respuesta, aun no la creía cuando conducía a casa y volteaba insistentemente a verla, ¡ella había aceptado!, era muy bonita, le sonreía y él a ella, era como un ángel y el ahora, con ella podría convertirse en lo que tanto anhelaba. Al llegar a casa ella le siguió ingenua hasta el interior de esta, y adentro su instinto de conservación le alerto de repente, estaba en peligro, el solo pudo seguir con su plan, aunque con lágrimas en los ojos, conmovido, ella le haría puro, ella le haría inocente, ella le acercaría a dios, ella debía morir...Un golpe certero...un grito ahogado...silencio.Poco a poco la transformación sucedía, de aquel ser deforme y mal oliente a la belleza irradiada de luz y paresa. Primero dejaba escapar a su animalidad, violándola, después, ponía su mente en blanco mientras ella gritaba cuando el le cortaba uno a uno sus miembros, y por ultimo purificaba su cuerpo bañándose en su sangre y vistiéndose con su piel, y entonces el ahora era un ser renacido, iluminado, y bello.Al día siguiente despertó, pero no se sentía igual, había vuelto a ser lo que era, ese ser repugnantemente Animalesco, ese ser humano, capaz de sacrificar niñas de 5 años para convertirse en un ángel. ¿Tendría que repetir todo de nuevo?, no buscó respuesta solo actuó una ves más, y otra, y otra, estaba dispuesto a demostrar su fe a cualquier costo, hasta que se le concediera la completa transformación. Y esta llegó, ella tenía sólo 4 años, y estaba muy asustada, al llegar a casa ella lloriqueaba, y perdió un rato tratando de consolarla, nunca escucho los disparos, nunca vio los destellos de las sirenas ni sintió la sangre brotar de su pecho. Solo supo que su deseo sé había cumplido, ahora era un ángel y agradeció al cielo, sonrió al recordar todo, en especial a aquella primera niñita.Quizás si no hubiese aceptado, el ahora seguiría siendo el mismo. Pero él hubiera no existe, y ahora solo espera a que el anochecer caiga en sus ojos
Fernando Figueroa
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