Vacio

Recordar es como lavar con agua de mar una herida insanable, y aunque la memoriame flagela, ¡que mas puedo hacer en esta situación sino recordar! Reproducir losacontecimientos por los cuales termine en esta excéntrica prisión, es lo único queme es permitido hacer, mi memoria es el último lazo mantenido con de mi humanidadperdidaNo señor, a pesar del tiempo transcurrido, no he olvidado nada, siempre estapresente en mi mente, pues los desgarradores gritos provenientes de lo hondo de miser me niegan el olvido. Recuerdo que mi nombre es Héctor… como el guerrerotroyano, soy el tercer hijo de una pareja de hacendados, mis padres…mi padre y mimadre, fue una maravilla tener la suerte de haber llegado al seno de una familiatan magnifica; mi padre un prototipo de hombre, mi madre, que decir, la mamáperfecta.Recuerdo mi niñez, una época tan buena de mi vida, tal vez la única donde fuiverdaderamente feliz, bienaventurado fui al lado de mi madre, yo era suconsentido y ella era lo mejor de lo mejor; ¡la caza de luciérnagas en el jardínde la casa!, como olvidarlo, me encantaba perseguir junto a mamá a esos luminososy escurridizos bichos, tenerlos brillando entre las manos era como tener unpequeño lucero en mi poder, después cansados por tanto correr, mi madre y yo nosrecostábamos en la hierba, ella me envolvía en su protector regazo, después dellenarme calidos besos, comenzaba a platicarme con un encanto maternalinigualable, las mas maravillosas epopeyas; me narraba las historias de valerososcomo Hércules, Aquiles, Odiseo, Eneas, Sigfrid y otros grandes héroes, guerrerosdel bien, que luchaban fieras batallas contra el mal, rescataban a bellasdoncellas de las garras de monstruos horripilantes, siempre protegiendo aldesvalido, manteniendo la justicia por encima de todo y eso era por lo que nuncaserán olvidados. Me decía que los héroes eran como Ángeles guerreros enviados porDios para salvarnos y protegernos de todos los peligros; recuerdo claramente, medijo- querido hijo, cuando te halles en dificultades no dudes en rezarle a Dioscon toda tu alma, si tu rezo esta lleno de fe, el se encargará de acabar con tuspenurias, nunca lo olvides siempre cuentas con nuestro padre Dios, tenlo siemprepresente, Dios es un ser de amor.Mi madre me mostró también el placer de observar los astros, ella sabia el nombrede cada uno de los ojos celestes, me dijo que cuando un héroe moría se iba alcielo transformado en estrella, para formar parte de una constelación, mientrastanto un ser malvado descendía a lo profundo de la tierra para redimir suspecados, en el infierno.¡Muerte! Maldita palabra, me di cuenta de su verdadero significado e impactocuanto tenía tan solo siete años, el doctor dijo- lo siento pero es posible quemuera-después de salir de la habitación donde mi madre yacía en el lecho desdehacia varios días; mis hermanos me explicaron que si mamá moría se iría al cieloy no la vería por un largo tiempo o quizás nunca, yo no quería eso, yo deseabaseguir al lado de mi madre, quería a una madre con quien cazar insectos, platicarsobre héroes , estrellas y demás, quería una mamá protectora, quería a una mamá para amar y ser amado; me encontré muy afligido, solo encontré una solución,recordando lo dicho por mi madre, yo abrí mi joven alma al supremo, yo recé, lerecé a ese Dios de amor con toda la fe existente en mi joven espíritu, leimplore- Diosito mío te lo suplico, no te lleves a mami, déjala a mi lado, yo lanecesito, la quiero demasiado, por favor no te lleves a mi mami- tuve la certezade que Dios se conmovería, atendiendo a mis ruegos…pero no, mi madre murió tresdías después; ¡Dios me había fallado! ¡Había perdido a mi madre! ¡ estupido el quealaba a una divinidad sorda!Después de su muerte vinieron paradójicos afectos a mi corazón y extrañasexperiencias a mi vida.El funeral fue una paradójica experiencia, yo, mi padre y hermanos lloramosinconsolablemente al igual que parientes y allegados, mientras, otros mal nacidosidiotas tan solo lo tomaban como otra simple reunión social, no prestaban el masmínimo respeto, se comportaban de una manera hipócrita, decían estar apenados,cuando la muerte de mi madre les era indiferente, explicitas lágrimas y cohibidasrisas se mezclaban al aroma del osario para producir el fétido perfume de lamuerte, aquel ritual era una mezcla aborrecible y contrastante de luto verdaderoy luto falso.Estaba tan confundido, no sabia nada del paradero de mi madre, a la fría sombradurmiente en el féretro la negué como mi amamantadora, no era mas que un reflejomuerto, una fría imagen del recuerdo, pero aun así era lo único que me quedaba deella, quise abrasarme del cadáver y no soltarlo nunca, quise estrechar sus restos,hasta fusionarlos conmigo.Pero que escena mas espeluznante fue ver encerrar a mi madre en esa eleganteprisión de caoba tan ataviada de arreglos, ¡importaba a estas alturas la elegancia!ese ataúd era el vestido de bodas meticulosamente escogido y magnificado por losadornos con el que mamá se desposaría del ciclo natural. Mi madre fue enterradacomo si su cadáver fuera algo indeseable e impuro, fue ofrecida en ofrenda a laputrefacción, entregada como alimento de gusanos y goules subterráneos, ocultaronsus restos por que a las personas les atemorizaba verla como un recordatorio de supropio fin. Mi Padre erigió sobre mamá un majestuoso mausoleo de mármol blanco contoques barrocos, coronado con una reluciente cruz cristiana, papá desearaconmemorar la pérdida de nuestro ser querido con el mayor lujo posible ¡eraincomprensible! Yo no entendía nada, absolutamente nada de lo ocurrido, tenía tantas preguntas¿Por qué moría la gente? ¿Por qué tenía que ser de esa manera? ¿Por qué tuvo queser mi madre la elegida para desaparecer? ¿Qué pasaría conmigo cuando muriera,iría al cielo o al infierno? ¿Por qué? si yo le rogué a Dios para salvarla ¿Porqué no me escuchó? ¿Por qué Dios asesino a mi mamá? ¿Para que se nos otorgabanpersonas con las cuales nos encariñamos, si se nos arrebataran después? Era unacto cruel ¿Por que se regocijaba alguien con nuestro sufrimiento? Cien veces, milveces ¡¿Por qué?!Nadie me pudo ofrecer una respuesta satisfactoria a mis preguntas, yo solo lleguéa mis propias y oscuras conclusiones; mamá se había equivocado sobre lanaturaleza de Dios, Dios no era un ser de amor, Dios es un ser sádico, que pone anuestra disposición a los seres amados y gozos terrenales para ligarnos a ellos,para que lleguemos amarlos, luego nos arrebata todo, con una cruel sacudida deldestino, para así alimentarse de nuestras lágrimas y sollozos de dolor, para asíhacernos temer a su mano, para así tenernos viviendo engañados y distraídos,atados a sus decisiones, para así tenernos rezando a su nombre, temerosos denuestro destino; supe entonces que mi padre y hermanos morirían, al igual quetodas las personas conocidas y amadas, todos se pudrirían bajo tierra olvidadospara siempre, ¡también yo!, yo por estar vivo, lógicamente moriría; no habíasentido en pasar este parpadeo llamado vida disfrutando de todo lo material, sialgún día todo tocaria a su fin, simplemente terminaría por acción de un caprichodivino. También llegué a una conclusión mas aterrante, si mi progenitora se habíaequivocado en la naturaleza de Dios, tampoco habría un cielo o un infiernoesperando a los fallecidos, tal vez después de la muerte no exista nada, tal vez meramente se acabara la vida y ya, no habría más, o lo que es más pavoroso, talvez todos estamos destinados a un vació carnívoro, donde flotaremos consumidos porel olvido, eternamente atormentados por los recuerdos de la vida perdida, pero eselugar no seria ni el paraíso ni el averno, si no simplemente seria el vació, elolvido eterno, en ese momento el vació fue una teoría, en estos momentos es mirealidad.. Por esta filosofía, basada en mis conclusiones, nació en mi un miedo, el miedoreptó lentamente a terror, el terror se transformó en pánico, del pánico florecióuna angustia y de la angustia una obsesión, una obsesión por la muerte, una obsesiónpor el olvido, una obsesión por ese el vació después de la existencia, fue ese vacióquien me robo la felicidad.Conforme crecía fui teniendo una clase de enfermedad, no corporal sino espiritual,era miserable, nada me complacía, nada me satisfacía, vivía por la mera costumbrede vivir y por el miedo a la muerte. Me encontraba solo… mis hermanos se hallabangirando en sus propias esferas de existencia y mi padre sumido en el alcoholismopor la pérdida; de la misma forma en que el viento arremolina las secas hojas delotoño, viví la vida, yendo de aquí a halla movido al azar, solo esperando elinstante en que la corriente de viento me estrellara contra el piso, poniendopunto final a mi triste novela; muchos quisieron ser mis amigos o amarme pero losrechace, si entablaba una amistad o laso afectivo con alguien después estaríallorando su perdida, eso era lo que menos deseaba o necesitaba.Con el tiempo me convertí en un muchacho solitario y deprimido, que pasaba los díasllorando sobre la tumba de su madre, pero no lloraba solo por su partida, sinotambién lloraba por la fragilidad de la vida humana, lloraba por que en cualquiermomento podía exhalar mi respiro de vida y caer al vació, caer a la nada. Mis díasse resumían en sollozos sobre la fría superficie de un mármol sordo y mudo; loúnico gratificante en aquellos obscuros días era observar las estrellas, no queríaver a los grandes héroes de Dios, lo anhelado era traer a mi recuerdo,acontecimientos perdidos que jamás regresarían. Las estrellas me gustan mucho, porque son eternas e inmutables y al existir miles nunca están solas, siempre tienencompañía a diferencia de mí que estoy solo, atado a los caprichos del destino.Destino ¡Ho! Destino me sonreíste aquel día en que la conocí, me sonreíste con unaburlona carcajada de doble filo, te reíste de la facilidad con la que me engañaste,yo no estaba preparado para tal visión por eso caí en tu trampa; era de noche, laestrella polar brillaba como nunca la había visto centellear, yo estaba sentado enel pórtico de mi casa autocompadeciéndome como me era costumbre, cuando ella pasoante mi, era la creación mas bella que a existido, su belleza superaba a una Helena de Troya o Dalila de Sansón, las palabras no llegan a describirla, toda ellaera un poema, era como si cada parte de su cuerpo rimara con las demás, era comosi sus contornos tuvieran ritmo y cadencia, su silueta eran trazo exactosenvidiables del mejor pintor, estaba hecha con curvas de preciso compás, líneas quecambiaban de dirección pero suavemente sin crear ángulos desagradables, cubierta con un vestido de dorada piel, relucientes gemas negras, grandes profundas,expresivas, le daban conciencia del mundo, una sombra de bajo y una tenue líneaarriba le concedían un mirar pícaro, lucia labios delgados y carnosos,tentadoramente húmedos con la miel de su aliento, un pequeño lunar al borde eratestigo activo de los besos dados por esa seductora boca, entre gemas y boca seencontraba un monumento respiratorio pequeñito y aguileño enmarcando su perfil,áureas y abundantes caricias de aurora llegaban hasta la espalda y completaban elconjunto, toda ella era armonía, cada detalle, cada contorno parecía planeado ydetallado durante largo tiempo antes de ser realizado, toda ella era un monumento ala lujuria, toda ella era perfecta, toda ella era un poema, toda ella era mujer,toda ella era un poema de mujer, toda ella me atrapado…Agobiado por tanta belleza, pensé que mi ínfima existencia no seria detectada,pero sintiéndose observada dirigió hacia mi sus ojos afilados como cuchillas,estuvo su atención estacionada en mi un corto rato, que me pareció eterno,escrutinandome de polo a polo, acabado esto se preparo para exclamar algo, temíque me preguntara el por que mi mirada fija en ella, pero no… ella simplementedijo hola agitando la mano, con una cara de imbecil y balbuceando regrese elsaludo, a lo cual ella prosiguió su camino.Investigue quien era esa bella y resulto ser recién llegada de la capital, sufamilia quedo en banca rota por un problema de su padre con las apuestas, cuandome dijeron su nombre todo mi cuerpo se cimbro, estremecido por el coro deSerafines que proclamaron Ariadna, ahora mi amor tenia un apelativo, una secuenciade letras que venerar, una inicial para grabar en los árboles enlazada con lapropia; por varias semanas estuve transformado en un cursi romántico, laexistencia sin sentido se vio remplazada por su imagen, todo el tiempo pensaba enella, no la sacaba de mi mente siquiera cuando dormía, era mi amor imposible, miamor quimérico, mí nueva obsesión.Venciendo mi natural timidez logre entablar amistad con ella, conociéndola mejorme enamore no solo de la mujer también si no me prendí tambien del alma y luego deun tiempo le abrí mi corazón, pidiéndole que fuera mi pareja; ella se quedoreflexionándolo por unos minutos, la espera fue desesperante, yo la miraba a losojos implorándole un si, ella me veía sin ningún sentimiento en su expresiónfacial, eso me hizo pensar en un fatal no, se acerco a mi oído y me susurro con sudulce voz, la decisión bailo en mi tímpano antes de ser interpretada por micerebro, dijo que ¡si! había sido correspondido, eufórico grite para mis adentros – Ariadna es mía – y un dios traicionero susurro entre dientes – totalmente tuya–. Como dice la gente mi vida se volvió color de rosa, disfrutaba de una nueva vidajunto a Ariadna, mis temores habían quedado en lo lejano, cuando la gente me veíapasar del brazo de Ariadna tan solo exclamaban – ahí va Héctor, a renacido, ahoraes feliz- y tenían razón era nuevamente feliz, estaba atrapado por el engaño de lavida; todo aquel disfrutar era tan solo una ilusión momentánea pero yo no losospechaba. El hado jugaba conmigo, estaba levantándome a alturas nunca antessoñadas solo para proyectarme contra el suelo, dejando de mí ser solo un montón dedespojos, la carcajada del destino pronto tronaría para traerme desdicha. El imparable tiempo hizo llegar ese fatídico día, donde mis castillos en lasnubes se derrumbaron…Con el tiempo nuestra relación evoluciono al punto hacia donde convergen todas lasrelaciones de pareja ¿aquello me complació? por supuesto que quede complacido,como no quedarlo después de poseer a esa divina flor, como no estarlo después desentirla tan cerca de mi , de sentir como ella me pertenecía y ella era mi dueña,sentir el calor de su cuerpo, sentir como nuestros corazones palpitaban a la par,como no estarlo después de recorrer todo su cuerpo con mis manos, después de rozaresos senos y muslos, de besar sus labios con pasión, de ostentar su amor para mi,¿Cómo no estar satisfecho después de ver esos ojos invadidos por el deseo? Como noestar satisfecho de llegar junto a mi amada a ese clímax donde las almas sefusionan en un mismo placer, fue maravilloso todo ese goce orgánico, el amor fuetan carnal, un tanto bestial, los besos llegaron a ser mordidas y las caricias arasguños, nuestras carnes se atraían con un magnetismo animal, bebí su néctar, meembriague con el perfume de su piel y ella hizo lo mismo conmigo.Terminamos agotados, recostados en el tálamo, fundidos amorosos en un abrazo, mimundo giraba alrededor de esa mujer, éramos almas gemelas, el uno fue creado parael otro…la quería yo tanto, pero tanto, como nunca había amado a nadie…. ¡No! Sihabía amado con tal fuerza a alguien, a una persona que perdí ya hacia muchotiempo, a una persona que ya había olvidado, a una persona que yacía bajo elmausoleo de mármol blanco en lo profundo de mi corazón, una protectora, unaprogenitora, ¡mi madre!En el lecho con Ariadna acostada a mi lado, comenzó a entrar a mi mente la obsesión ausente desde hacia largo tiempo, ¡muerte! ¡Olvido! ¡El vació!; quepasaría si Ariadna…que pasaría si perdía a Ariadna al igual que había perdido a mimadre, estaría vagando solo por la vida nuevamente, si ella moría yo moría conella, mi mundo giraba alrededor de ella, lo era todo, lo era todo, no había vidapara mi sin ella, si ella moría la delicada burbuja de mi nueva vida sedestrozaría por completo ¡no podría soportar esa perdida! ¿Que hacer?, Dios nospodría ver en cualquier momento, podría decidir separarnos, podía mandar aldestino para arrebatármela de un soplo, ¿Cómo protegerla? No existía lugar dondeocultarla, si yo pudiera cubrir a Ariadna con un regazo protector como mi madre lohacia conmigo, si pudiera mantenerla tan cercas de mi como en ese momento, peropor toda la eternidad, si pudiera fusionarme con ella como lo hicimos en el coito;¡eso era! Para nunca separarme de ella solo había una solución, Ariadna debíaentregarse a mí por completo, tenia que pasar a ser parte constitutiva de mipropio ser. Observe los ojos de Ariadna esos hermosos ojos obscuros, eso era loque debía hacer, formar un solo ser con Ariadna, aunque esto significara acabarcon su individualidad ¿pero como? ¿No me atrevería a hacerle daño a la mujer queamo? ¿O si?; gire largo rato alrededor de estas ideas, Ariadna era lo mejor que mehabía ocurrido en la vida, yo la amaba y no podía alejarme de ella, como me alejede mi madre, debía proteger pero… ¡No podía hacerle eso a Ariadna! ¡La destrozaríapor completo! Sin embargo si Ariadna me ama en verdad, debería estar dispuesta aofrendar su propia existencia para estar junto a mí por siempre. Tome mi decisión…Me lance hacia ella como un animal de rapiña, ella no hico nada, creyó que era unarrebato de lujuria, me dirigí directo a su cuello; clave mis dientes en suyugular, su caliente sangre toco mi boca, la rodie con mis brazos evitando queAriadna se moviera hasta que concluyera mi tarea, ella tenia que entender, yo lohacia para que estuviéramos juntos por toda la eternidad, un chillido fue todo, sucuerpo se desmorono sobre la cama, lo que estuvo vivo estaba muerto, nadie habíamatado a mi amada mas que yo, sus ojos parecían aun estar vivos, me mirabanimplorando un ¿por que? –Entiende Ariadna– grite; comencé con mi labor, si existíaun alma en los seres humanos yo la encontraría en medio toda esa carne, sangre yhuesos, devore parte por parte a Ariadna, en algún lado estaría su espíritu y yolo encontraría para asimilarlo al mío, así estaríamos juntos por siempre, fue elacto de devoción mas grande, entrega total o asimilación total del ser amado,comencé con sus ojos para que dejaran de interrogarme, continué con la suave carnede ciervo de mi amada, por sádico que parezca debo admitir que su sabor eradelicioso, estaba tierna, jugosa, mientras la masticaba mi boca se llenaba decalida sangre, tirones de piel, órganos, huesos, aquello era un espectáculoaterrador, su alma estaba siendo devorada por mi, como un lobo come carroña, eraun demonio arrancando las alas al ángel mas puro y hermoso del edén, fue unaacción vil, deplorable, obscena pero irónicamente satisfaciente; me sentítotalmente complacido.Después de acabar con la carne, devore el cerebro y roí los huesos, dejando paraultimo el órgano dador de vida, el órgano fundamental, la preciada caja donde seguardan los afectos y sentimientos, lo ultimo devorado fue el corazón. Tener elcorazón de Ariadna en mis manos era una manera mas que literal de decir que laposeía completamente, devore su corazón, era correoso, duro, casi incomestible,pero lo devore y cuando lo acabe de consumir me di cuenta que su alma, su vida mepertenecía y con ella sus pensamientos, sentimientos, afectos, vivencias yrecuerdos, éramos la pareja perfecta pero para mi desgracia no formamos un soloser único, seguíamos siendo dos espíritus diferentes solo que uno contenía alotro, como una oxidada jaula a un hermoso pajarillo, no importaba, al fin y alcabo estábamos juntos, juntos, ¡juntos por siempre! Comencé a festejar como unbárbaro golpeándome el pecho y gritando blasfemias, yo había vencido al destino,era lo máximo, yo era un héroe, el héroe que venció la muerte, ¡yo era máspoderoso que el destino! ¡Yo era un dios! Fue tal mi regocijo que no percibí loscambios a mi alrededor, no percibí como la realidad se derretía a mi rededor,cuando lo advertí ya no me encontraba en la casa de Ariadna sino en el extrañolugar donde me encuentro ahora; en la nada, no en un lugar oscuro o en unahabitación pintada de blanco, me encuentro en un lugar sin dimensiones, sinarriba, abajo, minutos o horas, me encuentro en un lugar vació, cuando llegueintente correr, huir, pero no pude, me di cuenta que estaba en ese lugar al quesiempre temí, estoy en el limbo, no estoy vivo ni muerto, ni en el cielo ni en elinfierno, estoy flotando en el vació, y aquí me quede deseando no haber hecho loque hice, deseando poder regresar el tiempo, comenzar de nuevo, deseando no haberdesperdiciado tantos años de mi vida, deseando en esta soledad tener alguno de losamigos que desprecie, deseando no haberle hecho lo que le hice a Ariadna, la pobretodavía grita desde lo profundo de mi interior pidiendo ayuda, como me duele haberarrastrado a al mujer que amo a esta situación, me di cuenta que no era ningúnhéroe sino mas bien una de esos monstruos raptores doncellas, desee ir me a lasestrellas o al infierno a cualquier lugar menos aquí, añore a lo temido en vida,deseé la muerte, deseé un descanso, deseé ir a dormir para siempre y noencontrando ninguna salida, hice al que no hacia desde mis siete años, yo rece, lerece a dios por un héroe que viniera a destruirme, deseé a un guerrero divino paradestruir al minotauro del laberinto de la soledad, en que me e convertido, no secuanto tiempo a pasado pero se que es muchísimo y yo e estado aquí solo sin vivir,sin morir, dudando en ocasiones de mi propia existencia, hasta la aparición de unviejo encorvado y surcado con tantas arrugas que lo creí un espejismo, pero no meimporto, me lance a sus pies dando gracias de ver a alguien por primera vez desdehace tanto tiempo. Yo le pregunto por su identidad y el contesto.— Yo, este viejo cansado que ves aquí soy por lo que rezaste, tu salvador, unamezcla de indulgencia divina y los rastros de cordura y humanidad sobrevivientes enti, si quieres salir de aquí toma mi mano.Estiro su brazo pero dude.— Adonde me llevaras, ¿a un lugar mejor o peor, dime por favor?El viejo no contestó y mirándome a los ojos mantuvo su mano estirada, buscando enmí una fe ciega, por desgracia mi fe es inexistente, todavía en esta situacióncontinué interrogándome y vacilandoAparte la mano de la indulgencia, quien sabe lo que me pudiera esperar, deseo lamuerte, pero no se si se me conceda tal dicha, ahora mi temor era el porvenir,preferí quedarme aquí, ahora entiendo, este es mi escondite, flotando para siempreen esta nada, tan protectora como el reboso de una madre.Aparte la mano del anciano y el desapareció, yo me quede en la nada, no en elcielo, no en el infierno, no vivo, no muerto, no feliz, no triste…simplementeprotegido del cruel destino, en este vacío familiar, cuya inmutabilidad comienza aserme agradable, veo la verdad, me doy cuenta que mi fin es el no tener fin,existiré por la eternidad, durante eones infinitos habitare este abismo insondabley Ariadna rogara por siempre desde mis entrañas ¡libérame! Pero yo no lo haré, yoya no soy un hombre, estoy en el vació, por que yo mismo soy el vació

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