Salta

Miró hacia abajo y le temblaron las piernas. Aun no podía creer que realmente lo estuviera haciendo. Pero era cierto. Allí estaba ella en el bordillo de una azotea de un edificio de 50 plantas. Harta de la vida estaba dispuesta a poner fin a aquella desesperación de la manera más drástica, no podía soportarlo más. Llevaba allí más de media hora, y aunque le daba miedo volver a mirar abajo, el viento le devolvía el ruido de las sirenas de los coches patrulla. Si tardaban mucho se tiraría, no sabia lo que realmente deseaba. Alrededor del cordón policial, la gente se amontonaba y miraba hacia arriba. Se impacientaban, querian que saltara ya. Todos sonreían, a nadie le preocupaba que alguien fuera a morir, era lo que querían. - Bien, me voy tranquila sabiendo que les he alegrado el día-. Pensó irónicamente.Todos la miraban y la felicidad volvía a inundar sus corazones al saber que había alguien que era mas infeliz que ellos. Cada minuto que pasaba se preguntaba a si misma porque estaba haciendo aquello, a punto estuvo de dar un paso atrás y volver a su casa, pero la voz de una policía a sus espaldas le hizo abandonar la idea. -Todo saldrá bien -dijo su voz a través del amplificador. Como podía decir que todo saldría bien?. Acaso sabía algo acerca de su miserable vida? No, esta vez lo tenía más claro que nunca. Dio un paso al frente y su pie se perdió en el vacío. El resto de su cuerpo lo siguió. Menos de 100 metros la separaban del fatal desenlace que ella deseaba. ¿O no?. Su vida continuaría en una etapa diferente. Todo había acabado para ella. El resto de la gente seguiría su vida sin ella, posiblemente no la echarían mucho de menos, no habían tenido oportunidad de conocerla lo suficiente, tenía sólo 16 años. Ahora tenía más claro que nunca que no estaba preparada para morir. Pero se siente, haberlo pensado antes. 85 metros y pasaría a la historia. La gente sonreía, al final pasaba lo que tanto habían esperado. 80 metros. No quería morir. 75 metros. Veía las sonrisas cada vez mas cerca. Eran ellos los que debían morir. 70 metros. Chillaba como una histérica, no podía evitarlo. 60 metros. Vio a sus amigas, todas lloraban, empezó a pensar que la apreciaban de verdad. 50 metros. Le costaba asimilar lo que estaba pasando. 35 metros. El suelo estaba cada vez más cerca, deseaba como nunca antes estar en su casa. 20 metros. No tenía tiempo para pensar, faltaba poco. 5 metros, antes de tocar el suelo... Cerré los ojos.
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