Profecia de la Coca por HellBlazer

Esta historia tiene lugar en la selva peruana, concretamente en las regiones montañosas de Mantaro, allí crece una enigmática planta, la coca. Desde los tiempos de los incas, la coca está fuertemente arraigada a las tradiciones ancestrales de los peruanos andinos quienes mastican sus hojas junto con un poco de cal, esto les produce un efecto relajante, pero para ellos es mucho más que una simple planta, aparte se le atribuyen propiedades mágicas, como veremos a continuación.Cuenta mi abuelo que cuando él era sólo un niño su tío Gerardo y Carlos, un buen amigo, bajaron de las montañas para dirigirse a una plantación de coca situada en el valle. El camino fue largo y costoso, acostumbrados desde siempre al frío intenso de las montañas, se fundían de calor en aquella región boscosa. Después de andar durante varias horas, decidieron parar a almorzar y recuperar fuerzas para continuar el camino: - Gerardo, estoy algo preocupado, ayer, cuando estaba en casa mastiqué un poco de coca y me salió amarga.- Es preocupante, es un mal presagio- Contestó Gerardo.- Pero no sólo estoy preocupado por eso, también tuve un extraño sueño donde vi una serpiente mostrándome sus colmillos de forma agresiva.Gerardo guardó silencio, no quería hablar más del tema, él mismo había soñado lo mismo la noche anterior. Entre los habitantes del lugar, es un mal augurio masticar hojas de coca y encontrarlas demasiado amargas; puede significar tu muerte. Cuando terminaron de reposar cogieron los machetes y se pusieron a trabajar, tenían que limpiar un terreno para sembrar coca. Empezaron juntos, pero con la rutina del trabajo Carlos se alejó de Gerardo perdiéndose entre la maleza, minutos después y cansado de buscar sin resultados a su amigo decidió parar un poco y apoyarse en un árbol.Mientras Carlos entrecerraba sus ojos y ajeno a lo que ocurría a su alrededor, empezó a notar un sigiloso roce por su cuerpo que lo impresionó, pero cuando quiso reaccionar ya era demasiado tarde, una serpiente amarillenta se había descolgado de las ramas del árbol para acabar clavando sus enormes colmillos afilados en la clavícula de Carlos y desaparecer entre la selva, parecía como si aquel diabólico animal hubiese estado esperando a Carlos para dictar su sentencia. El pánico se apoderó de él, al fin comprendió porque su coca sabía amarga. Nervioso y descontrolado empezó a correr sin rumbo. Sólo pudo reaccionar gritando:- ¡Socorro!, ¡Me muero!, ¡Gerardo!-. Mi abuelo que estaba ya cerca escuchó los gritos. Después de buscar por la zona lo encontraron recostado sobre una piedra bañado en sudor y respirando de forma muy agitada. Su débil voz dijo:- Me mordió una serpiente.- ¿Dónde?- Allí, en ese árbol, ¿no la ves?. Dijo mientras señalaba las ramas de las cuales colgaban bejucos. Carlos ya estaba teniendo alucinaciones y Gerardo lo notó, así que reaccionó y sin pensarlo dos veces le arrancó la camisa. Enseguida vio la zona del mordisco, pues la carne estaba completamente morada y mostraba dos orificios, parecía como si un diabólico ser estuviese, poco a poco, arrancando la vida de su compañero Carlos. Estaba muriendo delante de sus ojos, tenía que hacer algo y rápido. Gerardo sacó de su bolsillo la navaja, abrió la hoja y realizó un corte en la zona del mordisco. Seguidamente recostó a su amigo y le dijo: - No te enojes por esto, tuve que hacerlo, es mucho mejor que morirse por el efecto del veneno, verás como dentro de poco estarás bien…Pero Carlos sólo atinó a torcer su cabeza y mirar hacia el horizonte. Murió allí, tirado. La coca había cumplido la profecía…


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